"Ramal comienza y termina en la misma habitación de una vieja casa cercana a la Estación Mapocho, habitada por tres generaciones de sureños que no se atrevieron a abandonar la proximidad del tren para adentrarse en Santiago. En el intertanto se suceden seres y estaciones al borde de la extinción y un tren que continúa organizando las vidas y prometiendo una bonanza esquiva. Como saben nuestros países, la ruina puede ser un modo de vida: lejos de la agonía y más lejos aún de la felicidad. El borroso protagonista de estos viajes interrumpidos asume una doble misión. Representar a un Estado que no sabe qué hacer con todo aquello y revisar las huellas de ese paisaje en su propia memoria. Libro cautivador, transporta al lector a los lugares que describe y los convierte en pliegues de su propia…
"Ramal comienza y termina en la misma habitación de una vieja casa cercana a la Estación Mapocho, habitada por tres generaciones de sureños que no se atrevieron a abandonar la proximidad del tren para adentrarse en Santiago. En el intertanto se suceden seres y estaciones al borde de la extinción y un tren que continúa organizando las vidas y prometiendo una bonanza esquiva. Como saben nuestros países, la ruina puede ser un modo de vida: lejos de la agonía y más lejos aún de la felicidad. El borroso protagonista de estos viajes interrumpidos asume una doble misión. Representar a un Estado que no sabe qué hacer con todo aquello y revisar las huellas de ese paisaje en su propia memoria. Libro cautivador, transporta al lector a los lugares que describe y los convierte en pliegues de su propia mirada".
Sergio Chejfec
"Con una sintaxis urdida con una paciencia casi desconocida a nuestra época y una voz generosa que sabe apartarse sin dejar de estar presente, Ramal es a la vez un retorno al origen y un distanciamiento. El forastero, "el que viene de fuera", se pierde en las vidas de los otros, para volverse a encontrar consigo mismo al final del camino. Parada sobre los hombros de paseantes de la talla de Vittorini, Sebald o Benjamin, la autora encuentra el tono preciso, la mirada certera, el ritmo exacto para adentrarnos en un mundo fascinante. El recorrido que hace Rimsky nos devuelve a nuestra piel y nos enseña nuevamente a viajar, que es lo mismo que enseñarnos otra vez a mirar".
Valeria Luiselli
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"Ramal comienza y termina en la misma habitación de una vieja casa cercana a la Estación Mapocho, habitada por tres generaciones de sureños que no se atrevieron a abandonar la proximidad del tren para adentrarse en Santiago. En el intertanto se suceden seres y estaciones al borde de la extinción y un tren que continúa organizando las vidas y prometiendo una bonanza esquiva. Como saben nuestros países, la ruina puede ser un modo de vida: lejos de la agonía y más lejos aún de la felicidad. El borroso protagonista de estos viajes interrumpidos asume una doble misión. Representar a un Estado que no sabe qué hacer con todo aquello y revisar las huellas de ese paisaje en su propia memoria. Libro cautivador, transporta al lector a los lugares que describe y los convierte en pliegues de su propia…