Tras la sombra de Javier Vásconez se esconden relatos de familias en decadencia, de crímenes ocultos o de atentados que conducen a puntos de no retorno. Desenvuelto y erigido sobre los mapas literarios de Kafka, Faulkner, Conrad, Nabokov y Le Carré, el espectro vasconiano no reconoce géneros puros y se aventura a crear una poética del ocultamiento: desde los paisajes andinos hasta Nueva York, París o Barcelona, la narrativa del escritor quiteño recrea una atmósfera laberíntica y lóbrega que hace creer al lector que se halla entre la neblina, a la vez que lo atrapa con la intensidad propia de la novela negra.
Tras la sombra de Javier Vásconez se esconden relatos de familias en decadencia, de crímenes ocultos o de atentados que conducen a puntos de no retorno. Desenvuelto y erigido sobre los mapas literarios de Kafka, Faulkner, Conrad, Nabokov y Le Carré, el espectro vasconiano no reconoce géneros puros y se aventura a crear una poética del ocultamiento: desde los paisajes andinos hasta Nueva York, París o Barcelona, la narrativa del escritor quiteño recrea una atmósfera laberíntica y lóbrega que hace creer al lector que se halla entre la neblina, a la vez que lo atrapa con la intensidad propia de la novela negra.
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Tras la sombra de Javier Vásconez se esconden relatos de familias en decadencia, de crímenes ocultos o de atentados que conducen a puntos de no retorno. Desenvuelto y erigido sobre los mapas literarios de Kafka, Faulkner, Conrad, Nabokov y Le Carré, el espectro vasconiano no reconoce géneros puros y se aventura a crear una poética del ocultamiento: desde los paisajes andinos hasta Nueva York, París o Barcelona, la narrativa del escritor quiteño recrea una atmósfera laberíntica y lóbrega que hace creer al lector que se halla entre la neblina, a la vez que lo atrapa con la intensidad propia de la novela negra.