«“Soy / apenas / un hombre que trata de respirar / por los poros del lenguaje. / Un estigma, / a veces un intruso, / en todo caso alguien fuera de papel”. Estas palabras de un poema de Rafael Cadenas, publicado en su libro Gestiones (1992), nos hablan de alguien para quien la relación con el lenguaje es orgánica, vital, imprescindible, pero a la vez ardua y dificultosa. Y nos hablan también de un estado de conciencia en el que se ha alcanzado una plenitud existencial que linda con la sabiduría, donde han quedado atrás los simulacros y las imposturas, y se ha optado por vivir “fuera de papel”. Alcanzar ese estado, sin embargo, ha sido el resultado de un largo viaje, lleno de incertidumbres y tanteos, que comenzó hace más de seis décadas». Así comienza el prólogo del poeta Arturo Gutiérrez Plaza que acompaña esta antología de Rafael Cadenas titulada Florecemos en un abismo. Poemas con la que precisamente se quiere invitar al lector a acercarse a la obra de este autor, que ha tratado de seguir al pie de la letra un exigente programa que le ha llevado a romper constantemente consigo mismo, cambiar de tono y de modelo de escritura en pos de una expresión más auténtica. En estas páginas, que recorren sus libros más importantes (Una isla, Los cuadernos del destierro, Memorial, Amante…), junto con la inclusión, además, de seis poemas inéditos englobados bajo el título Poemas de Trinidad, se dejan ver algunos de los temas que cruzan toda su obra: el amor y la mujer, la asunción de la vida como experiencia poética, el concepto de «isla», que representa el exilio no tanto como lejanía geográfica, sino como condición existencial o el desdoblamiento del sujeto poético.
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